El lenguaje construye realidad I

Desde hace unos años he ido modificando paulatinamente mi lenguaje cotidiano. Todo empezó por sugerencias e indicaciones del profesor de los cursos de sanación, quien insistía en cada sesión la importancia de usar las palabras apropiadas y dejar de usar las que encierran juicios.

Los primeros ejemplos que recibí fueron en torno a nuestra costumbre de decir: “tienes que”, “tú debes”. Estas palabras implican una orden a una persona, le indican que está “obligado a”. Pero sucede que nosotros somos seres con libre albedrío, libres de tomar  nuestras decisiones, sean las que sean. Energéticamente hablando no tenemos obligaciones.

Si uno observa las auras de dos personas que conversan usando estas expresiones, verá que cada vez que se dicen, sale un cordón energético de quien lo dice a quien lo recibe, que es un verdadero lanzazo que se hunde en el aura del otro. Estos cordones van teñidos de una emoción negativa en particular, y quien lo recibe lo hace “amablemente”, porque tiene de la misma emoción dentro de su aura.
Un ejemplo sería una persona que le dice a otra: “tú estás obligado/a a cuidarme”. Esta frase va teñida de culpa, y si la persona que lo recibe es muy culposa, recibirá el lanzazo sin darse cuenta, pero sí se sentirá bastante mal.

conversaAquí en Chile es costumbre extendida decirle a otra persona lo que “tiene que hacer”. La pregunta que uno puede hacerse cuando alguien le dice eso es: ¿por qué? ¿Por qué otra persona se da la atribución de decidir sobre mi vida?
Muchos dirán que la vida tiene sus reglas, leyes y moral, y que hay cosas que son así y punto. Pero… todo esto no pasa de ser una construcción humana basada en juicios y en programaciones que nos limitan.

En vez de decir “tú tienes que”, es más honorable hacia otro ser humano –libre como todos- “tu podrías”, “si quieres”, “si te parece”, “tienes la opción”… etc.
Lo mismo con la expresión “tú debes”.

Otra expresión típica chilena es “te fijas”. Con esta expresión le estamos pidiendo al interlocutor que vea exactamente como nosotros vemos, que se quede “fijo” en esta perspectiva. ¿Será por eso que los chilenos somos rígidos?… 😀
He conocido personas que hicieron un cambio radical en sus vidas al dejar de decir esta muletilla.
Si realmente es necesario llamar la atención de un interlocutor,  podemos decir un simple “mira”… sí es que es necesario, pues cuando uno empieza a hacer los cambios en el lenguaje, se da cuenta que muchas de nuestras expresiones son innecesarias.

En cuanto al tema de la culpa, es interesante cambiar totalmente el concepto por el de responsabilidad. Un fisiólogo chileno (Fernando Morgado, De fantasmas y demonios, escrito en conjunto con Jane Crossley) escribe en un libro que la culpa nos hace auto condenarnos a cadena perpetua cada vez que recordamos un evento que nos atormenta. Entonces, ante la inutilidad de la auto flagelación continua te propongo que para liberar culpas y darte cuenta cuán innecesaria es, cada vez que la sientas, pregúntate si fuiste irresponsable; el 99% de las veces no te calzará. Y si realmente fuiste irresponsable, mira si puedes hacer algo al respecto, y ponlo en práctica.
Desde este mismo punto de vista, la palabra culpa está incluida en «disculpas», por lo tanto es otra palabra a evitar. Yo dejé de decirla hace años. Una opción es decir “lo siento”.

Recomiendo visitar de vez en cuando los diccionarios; es bastante ilustrativo leer la definición de las palabras que usamos habitualmente.
Lo potente de estos cambios, es que si nos cuesta limpiar desde dentro, podemos empezar a limpiar desde fuera, con este tipo de acciones concretas.

Entonces, te propongo los siguientes cambios de lenguaje:

  • tú tienes por tu podrías (el deber y las obligaciones a nivel energético son inexistentes)
  • tú debes por tu podrías (si quieres)
  • tú estás obligado, mejor ni decirlo
  • te fijas por te hace sentido?, mira, (de hecho es innecesario decir algo así)
  • date cuenta, es lo mismo que te fijas
  • cachai, lo mismo de arriba
  • gracias a Dios, por gracias a la vida
  • si Dios quiere, por si la vida quiere, si la vida así lo decide
  • no puedo por yo puedo
  • yo creo por yo sé
  • yo creo por tengo la certeza
  • por certeza
  • bueno por positivo, de vibra alta, con más luz, luminoso (“bueno” es un juicio humano)
  • malo por negativo, oscuro, poca luz, vibra baja (“malo” es un juicio humano)
  • cuídate por que estés bien (decir cuídate es desde el miedo que al otro le pase algo, y al decirlo se lanza un cordón energético)
  • culpa por responsabilidad
  • disculpa por lo siento
  • respetar por honrar (respeto implica miedo, honrar implica amor)

La palabra perdonar está definida como asumir la culpa, así que personalmente no la uso. Más bien busco quedar en paz con la situación y las personas.

En esta misma línea, tomo prestadas de Jodorovsky varias sugerencias:

  • nunca por muy pocas veces
  • siempre por a menudo
  • eres mi maestro por que me enseñas a aprender de mí mismo
  • dame por permite que yo tome
  • mi mujer, mi marido por el ser con el que comparto mi vida
  • así eres por así te percibo
  • lo mío por lo que ahora tengo

Otro cambio potente que se puede hacer es evitar usar la palabra NO, siempre hay una forma alternativa de decir lo mismo. De hecho hay idiomas nativos en los que la palabra no existe.
Respecto de esta palabra, una de las costumbres curiosas de este largo país es empezar las frases con un no. Y particularmente me llama la atención cuando alguien dice: “noooo, lo pasamos chancho” y al mismo tiempo niega con la cabeza. Yo me pregunto: ¿la pasó bien ?
También es interesante la respuesta: no, sí, sí, sií… ¿La respuesta es un sí o un no? ¿En qué quedamos?
Resulta interesante ver el trasfondo de estas expresiones, pues la negación del comienzo de la frase da la percepción real de la persona.
La doble negación también es graciosa.
Miren por ejemplo la diferencia de vibra entre: No hay nada que el amor no pueda solucionar!!!!
Y: El amor es la respuesta a todo.

Es todo un trabajo sanador el buscar la forma de decir todo en forma positiva.
Por ejemplo, si me ofrecen café y no me apetece, puedo contestar: “gracias, prefiero té”.
Es muy distinto decir: «no quiero tener accidentes”, a: «yo estoy a salvo y segura/o»
O: «no quiero ser pobre», con «puedo generar la abundancia que deseo». O «me abro a la abundancia en mi vida».

Cuando pensamos y hablamos desde el no, activamos en nuestra aura una imagen de lo que no queremos, y el universo nos responde dándonos más de lo mismo. Por eso es necesario el pensamiento positivo para poder manifestar lo que deseamos. Esta es la misma razón de fondo para los decretos,  que requieren de una formulación totalmente positiva.

También evito hablar en voz pasiva. Me explico:
Es distinto decir: «»yo lei en un libro..». a decir: «se dice», «se sabe».
Cuando se usa la voz pasiva, uno traslada la responsabilidad de lo que está diciendo a otro, en vez de tomar la responsabilidad total sobre lo que estamos diciendo.
Es muy diferente decir: «yo pienso, creo, siento…», a decir: «la gente dice…», o «se sabe…».
Tomar la responsabilidad total de nuestros actos es el primer paso de nuestro crecimiento interno, y cambiar la conjugación verbal y la persona desde la que hablamos hace una gran diferencia energética.

Podemos ser creativos y buscar otra forma de expresarnos, otras palabras para designar hechos y acciones, deseos y decretos.
El cambiar las palabras puede ser producto de un cambio de mirada de la vida, o se puede provocar el cambio de enfoque al usar otro lenguaje. Y al hacerlo, comenzamos a usar otras redes neuronales de nuestro cerebro.

Es tiempo de despertar nuestra potencialidad total.

Namasté!

4 comentarios

  1. Me gusta la palabra perdonar. En su etimología proviene de «per» (pasar por encima o cruzar) y «donare» (don o regalo). Eso habla de que es gratuito, y que es un acto elevado. Pasar por encima de todo lo negativo. Es una palabra que seguiré utlizando.

  2. Hola!! Me encanta como explicas sobre el lenguaje, es todo positivamente cierto lo que dices.
    Un gran Saludo desde Argentina, seguire leyendo tu pagina, me resuta muy agradable.

    Con cariño

    Maria leticia.

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