Un día de recorridos por los alrededores del maravilloso lago Pirehueico pasamos por el lado de un coigüe de muchos siglos de edad. El crío, que gusta sentirlos en su esencia, corrió a sentarse cual buda entre sus raíces.
Lo miré, y vi y sentí como percibía la internet verde viva del bosque, la conexión e interacción total entre todos los seres que lo conforman.
Cuando se paró, ebrio de bosque, le pregunté que había sentido, su respuesta fue:
– Calor, fuego, fuerza, mucho poder.
Lo miré sorprendida… yo toqué el tronco, vi muchas imágenes de hace siglos, de los habitantes de la zona y sentí mucha emoción, lloré… sintiendo la internet.
– Soy aries, yo siento como signo de fuego… tú eres piscis, sientes como signo de agua.
Ambos miramos al señor Virgo…
– Cómo sentiste?
– Seguridad, calma, equilibrio… tierra…
Lecciones del coigüe y el crío casi quinceañero…
