Desde que practico Sat Nam Rasayan, la autoconciencia de las emociones ha ido creciendo.
De tanto observar y permitir en pacientes, la costumbre de hacerlo en mí misma ya se hizo cotidiana.

Así que… aquí va una guía de cómo vivir conscientemente una emoción intensa, permitir que ocurra todo y liberarla/integrarla fácilmente.

Para empezar, sirve darse cuenta y tomar consciencia que esta vida está hecha de todo, y que como seres humanos estamos llamados a vivir la totalidad de la experiencia. Nuestro cuerpo con su sistema sensible siente todo: culpa, alegría, dolor, júbilo, amor, odio, vergüenza, compasión, miedo, coraje, etc…
En esta sociedad que vivimos nadie nos ha dicho que tenemos derecho a sentir todo, que para nuestro cuerpo es real, y que no podemos negar lo que sentimos. Si hay algo que nos tiene enfermos en esta cultura occidental es el intentar bloquear lo que el cuerpo físico nos grita.
Todos los seres humanos tenemos momentos de furia en que hemos querido tirar por la ventana a alguien, pasarle el auto por arriba a otro, o dar un golpe. Llorar una semana seguida, o salir arrancando de pavor ante algo. Para el cuerpo y nuestra consciencia, esa emoción es totalmente real, y es necesario que la tomemos en cuenta. Si no lo hacemos, si la negamos, como nos dice la norma social, vamos acumulando emociones hasta armar una olla a presión gigante, o un volcán al borde de la erupción. Y estallamos con un estrés galopante, o alguna enfermedad aguda.

Entonces… ¿cómo vivir una emoción que nos desborda?

Para empezar, decidirse a vivirla. Está bien permitir derrumbarse, vivir la crisis.
Puedes escribir y quemar todo lo que sientes. Al escribir lo sacas de ti, y al quemarlo lo liberas. La idea es que lo escribas tal cual, sin censura. Esto es para desahogo propio. Recuerda que todos sentimos rencores asesinos o miedos paralizantes; no juzgues tu emoción, sólo siéntela y vívela. Desahógala.
Si es rabia puedes pegarle a un cojín, un punching bag. Grita en un cerro.
Si es tristeza brutal, llora. Lo peor que te puede pasar es quedar con los ojos hinchadísimos… y lo mejor es que quedarás con el pecho aliviado. Si necesitas llorar un mes, hazlo. No te juzgues.
Busca la forma de desahogo que te haga sentido. Si confías en alguien que sólo escuche, puedes hacerlo en compañía. Si no, mejor que lo hagas solo.
La idea es que permitas que las emociones se liberen de manera regulada, sin dañar a otros o a ti mismo.

Lo segundo es que te observes. Siente tu cuerpo.
Si es rabia, ¿dónde quema?, ¿dónde aprieta?, ¿dónde arde?, ¿dónde presiona, duele, pincha, pesa, aprieta?
Puedes ir escribiendo todo lo que sientes físicamente con la emoción, después lo quemas. Date tiempo para sentir, para vivirlo. Recorre tu cuerpo con calma, anda sintiendo señal por señal. Serán muchas. Puede que una sea más fuerte, otras más débiles; todas importan y ayudan a liberar.
Vuelve una y otra vez a las sensaciones físicas. Es el permitirlas lo que te ayudará a liberar.

Si haces este ejercicio seguido irás conociendo tus signos de rabia o miedo profundo.  O tal vez te darás cuenta que sí los conoces, pero no los tomas en cuenta. Quizás los signos irán cambiando. Todo está bien.
Sea cual sea la emoción que quieres desahogar, tendrás sensaciones físicas fuertes si te permites sentirlas. Sea envidia, vergüenza, tristeza, dolor, rabia, ira, frustración…

Sólo siente, siente… obsérvate, y permite que ocurra todo. Deja que las sensaciones acontezcan y se sucedan. Tómate el tiempo que sea necesario.
Permite que sobrevenga todo, sin miedo. No te ocurrirá nada que no puedas manejar, sólo estarás viviendo una forma de desahogo consciente.
Permite que salga a primer plano de tu mente cotidiana todo lo que sientes, sin juzgar…
Y de repente te darás cuenta que ya no duele tanto, que bajó la presión, la puntada… algo se liberó.
Quédate en el ejercicio de sentirte y permitirte todo hasta que sientas alivio, hasta que baje la presión interna.

Puedes hacer este ejercicio cada vez que lo necesites.
Lo más importante es que te acostumbres a no juzgarte por lo que sientes. Sólo déjalo ser y libéralo.
No le tengas miedo a tus emociones, son parte de la experiencia humana, sólo vívelas y déjalas partir.

Namasté!

Viviendo conscientemente nuestras emociones
Etiquetado en:    

7 pensamientos en “Viviendo conscientemente nuestras emociones

  • 27 de junio de 2013 a las 14:09
    Enlace permanente

    Bruji, muy bueno tu post. Estoy en esto mismo, aprendiendo más día a día, aprendiendo que a veces vivimos en una emoción que no nos posibilita acceder a horizontes nuevos y que observando más atentamente la coherencia entre lenguaje, corporalidad y emociones y alterando alguna de estas dimensiones podemos desaprender prácticas que hemos llevado toda una vida y que nuevas coherencias son posibles y que seguimos cambiando y creciendo, que no existe el «yo soy así». Namasté! Paula (pili)

    • 27 de junio de 2013 a las 14:12
      Enlace permanente

      Preciosa… un abrazote de oso!

  • 3 de julio de 2013 a las 23:44
    Enlace permanente

    Cuánto me haces reflexionar vero!
    Pronto iré a visitarte!
    Abrazo lleno de amor para ti! Gracias por compartir tus experiencias!

  • 1 de agosto de 2013 a las 13:51
    Enlace permanente

    Hola! muy buen post, me gustó eso de no sólo quedarse en liberar la emoción, sino que sentirla también en el cuerpo, hacernos conscientes de ella, como ejercicio para ir conociéndonos mejor. 🙂
    Llego a comentar aquí pues quería hacerte una consulta sobre otro artículo en el que no encontré cómo comentar.
    El artículo es «De cómo no conocer el altiplano» (http://www.zocalo.cl/brujita/?p=530). Te quería preguntar por el agua de chachacoma que mencionas, pues estoy planificando un viaje al altiplano y me gustaría saber donde conseguirla en los alrededores de Arica y cómo prepararla.
    Saludos!

    • 1 de agosto de 2013 a las 14:00
      Enlace permanente

      Hola Pablo, gracias por tus opiniones.

      Sobre la chachacoma, la vende cualquier hierbatero de esos en carrito, aquí en Santiago, y más fácil allá en Arica. Sólo echas unas ramitas, como cualquier té de hierbas. Que quede de color relativamente claro. Una vez me llevé una botella de 1,5 lt preparada, pues iba manejando.
      Si tomas chachacoma, no masques coca. Y viceversa.
      Suerte!

  • 14 de agosto de 2013 a las 13:57
    Enlace permanente

    Gracias por la información brujita, pero me entró una duda con eso de la coca, pues pensaba hacer la infusión con ambas hierbas, cual sería el problema el problema de usar ambas?. O es que sólo hay problema entre usar infusión de una y mascar la otra?.
    Saludos!

    • 14 de agosto de 2013 a las 14:01
      Enlace permanente

      Parece que chocan, vi gente que le hizo mal la mezcla. Podrías probar antes de viajar, a ver qué te ocurre.

Los comentarios están cerrados.