Camina consciente de cada paso, siente tus plantas. Pon tu conciencia en ellas y siente a la Madre Tierra cada vez que la tocas.
Besa a la Madre Tierra con tus pies.
Sólo camina, sin pensar a donde ir… Consciente de cada beso que la das a ella.
Y permite que tu mente se calme y tu corazón se expanda

(Agradecida del monje que ayer me tomó de la mano para guíar la caminata y que con su toque firme me trajo de vuelta cada vez que mi mente me atrapó.)

 

Vida consciente III, besa a la Madre Tierra con tus pies
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